Nos complace comunicarles que los tres ganadores del VIII Festival de la Nanociencia y la Nanotecnología, concurso organizado por el Instituto de Micro y Nanotecnología (IMN) y la Delegación del CSIC en la Comunidad de Madrid, han sido tres de nuestros alumnos del Colegio Las Rosas. Agradecemos su participación a todos los alumnos y alumnas de 3º ESO y felicitamos, especialmente, a Lara Muñoz, Josyrish Rodríguez y Mario López, por haber obtenido el primer, segundo y tercer premio respectivamente, de la categoría A (3º y 4º ESO). ¡Enhorabuena, escritores; y suerte en la fase Internacional!

TEXTOS GANADORES

Átomo

Soy un átomo. Soy todo. Soy nada. Imperceptible. Soy tú, soy él, soy yo… De hecho, soy esta misma tinta, soy este mismo papel. Soy todo.

Tiempo. El tiempo fluye. Transcurre. Inevitablemente continúa envejeciendo cosas a pasos agigantados. Su transcurso es incesante, incansable e inigualable. Yo, siendo lo que soy, no envejezco, no muero.

Vida. Un concepto lejano para mí, algo generalmente maravilloso, algo imposible. ¿Imposible? Llevo miles de millones de años haciendo cosas imposibles, desde salvar una vida formando parte de un compuesto orgánico hasta presenciar lo que por vibraciones que me dan dolor de cabeza, escucho que llaman el “Big Bang”. Otro todo. Tal como yo… Tal como él… Tal como todo…

A veces desaparezco. Nada. Realmente no soy nada. No tengo color, forma, consciencia. Soy lo que no soy y no soy lo que era. Dependiendo de qué soy, tengo un color; forma; comportamiento.

Dependiendo de lo que somos, soy algo o soy nada. Estoy y no estoy, quizás las dos, quizás ninguna. Quizás estoy dos veces, quizás dos millones. Algún día seré lo que soy.

¿Soy un átomo?

Mario López Lissén


 

Luz

Oscuridad. Mi vista no alcanza a ver más desde que tengo uso de razón. Tampoco soy capaz de moverme por ahora debido a mi particular y endeble estructura. Pero no me preocupa. Por otro lado, he podido aprender un idioma oyendo la voz de mi creador. He de decir que al principio mi conocimiento era limitado, pero con el paso del tiempo, nuevos datos se fueron descargando en mi unidad central. Lo almaceno todo. Lo aprendo todo. Y de los dos, solo yo soy consciente de la existencia del otro. Él no sabe aún que le escucho y que soy capaz de entender toda la información que recibo. Intento comunicárselo, pero no es posible: mis articulaciones no reaccionan. Y a veces eso molesta y agobia, y me siento como si fuera totalmente ajeno a mi entono, pero me resigno.

Los días pasan y me da la sensación de que el final de mi ceguera está más cerca. Nuevos datos y configuraciones. Él parece entusiasmado hablando de sus progresos. Y noto como en mi sistema central se empieza a activar algo nuevo; diferente. Donde antes había oscuridad, ahora comienza a aparecer algo más. Va entrando poco a poco deslumbrándose. ¡Luz!

Lara Muñoz Fernández


 

Memoria inmortal

La mitad de mi cuerpo es humano todavía; la otra, un metal resistente de acero inoxidable.

Poco a poco la metamorfosis de un nuevo cuerpo sustituye al anterior.

Mi alma y mis recuerdos son almacenados en un microchip el cual tengo incrustado en mi corazón y cruje cada vez que este bombea sangre, como si dijese que es el comienzo de una nueva vida que está a punto de empezar. Millones de partículas nanotecnológicas circulan por mis venas. El calor de mi sangre se vuelve el de una frialdad metálica.

Lentamente mis recuerdos humanos se van almacenando en el software del computador central. Mi cerebro colapsa de tantos momentos pasados sentimentales que guardaba en lo más profundo de mi ser. Una lágrima rueda por mi mejilla. Será mejor no sentir; así nada dolerá. En pocos minutos el proceso termina para dar paso al nuevo renacer que pone fin a una era y comienzo a otra. Esto no acaba aquí. No es el final. Es solo el principio.

Josyrhis Mariana Rodríguez Sánchez