Tras bajarse el telón, la magia de Lorca, en una representación sentida y vivida en cada uno de sus minutos, se hizo patente. Disfrutamos cada uno de sus minutos, aprovechando para reflexionar sobre la sociedad antes y después, la situación de las mujeres, la opresión, la falta de libertad, la hipocresía y, sobre todo, aprendimos a apreciar el arte y la magia de las palabras, en una representación que, como cada año, no defraudó.
Después, tuvimos la suerte de tener un coloquio con las actrices que encarnaron a Bernarda, Angustias, Adela y los demás personajes de Lorca y pudimos reflexionar sobre todos estos temas y aprender, por ejemplo, que Pepe el Romano nunca aparece en la obra, pero tiene un papel fundamental como nexo y desencadenante la tragedia, como respuesta a las preguntas de los alumnos que vieron la obra con gran interés y con el conocimiento de quien la ha leído y representado en clase.
En definitiva, un éxito que acerca a los alumnos a nuestra tradición literaria, al conocimiento del arte y al teatro.