La invención de la escritura es uno de los hitos más importantes en la historia de la humanidad, ya que marcó el inicio de una nueva era de comunicación, conocimiento y organización social. Aunque no existe una fecha exacta, los historiadores consideran que la escritura comenzó a desarrollarse alrededor del 3500 a.C., en las antiguas civilizaciones de Mesopotamia y Egipto.
En sus primeras etapas, la escritura no era un sistema fonético como el que usamos hoy, sino pictográfico, es decir, representaba imágenes o símbolos que tenían un significado directo.
A medida que las civilizaciones crecían y se volvían más complejas, la necesidad de registrar información se incrementaba, sobre todo en aspectos como el comercio, la administración pública y la religión. Así, la escritura se fue perfeccionando. Por ejemplo, en lugar de representar solo objetos o conceptos, se comenzaron a usar símbolos para sonidos específicos, dando lugar a sistemas alfabéticos como el que los fenicios desarrollaron y que posteriormente influiría en las lenguas modernas.
La invención de la escritura posibilitó el surgimiento de la literatura y la filosofía, abriendo el camino para el desarrollo de la ciencia y la cultura tal como la conocemos hoy.